Pensé que yo fuerte. Confié en que la esperanza ganaría. Me encontré en la oscuridad una noche y nunca escapé de ella. No me desesperé. Me aferré a lo que ardía por dentro y encendí un fuego en mi corazón para guiar mi camino. Me arrojé al corazón del abismo y me aferré desesperadamente a un hilo de esperanza que sentía que permanecía allí. Ese hilo era todo yo que tenía. La única conexión con un poco de luz dentro de mi alma para mantener caliente el fuego en mi corazón. Ese hilo se rompió hoy y ahora me quedo frío, desamparado y solo. Perdí mi corazón y ahora mi corazón nunca volverá.